LA MINERÍA EN LA CUERDA FLOJA

Esta semana, el Ejecutivo anunció que revisará la exclusión de 50 mil mineros informales del REINFO. Pero a estas alturas, no basta con revisar listados: es hora de revisar responsabilidades, de asumir culpas, y sobre todo, de cambiar el sistema.

La minería informal es una de las actividades más productivas del país. Más de 500 mil peruanos dependen directamente de ella, y sin embargo, han sido tratados por años como delincuentes. ¿Cómo puede desarrollarse un sector que vive bajo la amenaza constante de la exclusión, la persecución y la criminalización?

Y lo más grave es que todos sabían que esto iba a pasar, pero nadie hizo nada para evitarlo. Porque este conflicto tiene muchos responsables. Y hay que corregir varios factores claves antes de hablar de una verdadera reforma.

Las concesiones ociosas, es uno de los factores que debe ser revertido por parte de los grandes actores como Minera Poderosa. Además, se debe revertir la campaña de criminalización que manejaron los medios y las ONG caviares, con organizaciones como Transparencia y Capitalismo Consciente, que se han dedicado por años a instalar el discurso de que todo lo informal es criminal.

Se debe llenar el vacío que ha dejado el Estado, donde nunca se atrevió a enfrentar el problema con decisión, ni a diseñar un camino claro de formalización. Y por supuesto hay que generar un liderazgo real dentro del propio sector, que pueda explicar a la ciudadanía que la minería formal, moderna y responsable sí es posible, y así, evitar la manipulación política en el conflicto actual, que ha sido aprovechado por personajes como Pepe Luna, Cristian Rosas y Raúl Noblecilla, infiltrando el movimiento con fines electorales.

Hoy nos dicen que se revisarán los 50 mil casos excluidos del REINFO. Pero si no se enfrentan estos puntos, volveremos a estar en lo mismo dentro de unos meses. Y los únicos que seguirán ganando serán los que prosperan del desorden: mafias, oportunistas y los que venden humo con tal de seguir en el poder.

El Perú no necesita otra mesa de diálogo. Necesita un nuevo modelo. Una Reforma Minera real, que ponga orden, libere al pequeño minero de las mafias y lo convierta en empresario minero y actor productivo. Solo así saldremos del caos.

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