MINERÍA INFORMAL: UN PROBLEMA NACIONAL QUE NADIE QUIERE SOLUCIONAR

En el Perú hay medio millón de mineros informales. Hombres y mujeres que trabajan desde hace décadas sin apoyo y sin derechos reales. Pero cuando se acercan las elecciones, ese mismo medio millón se convierte en un bolsón electoral de más de 2.5 millones de votos. Y es ahí cuando aparecen todos: los comunistas como Noblecilla, los partidos políticos, y hasta las grandes mineras como Poderosa, que no pierden la oportunidad para manipular a los mineros a su conveniencia.

El REINFO y la Ley MAPE no son soluciones reales. Son simples parches creados para calmar momentáneamente a distintos grupos de poder, sin jamás pensar en cómo transformar la minería informal en una minería productiva, sostenible y formalizada.

Se legisla con improvisación, sin visión de país, y el resultado es una bomba social que se activa cada cierto tiempo con paros, bloqueos y desesperación. La eliminación de más de más de 50 mil inscripciones en el REINFO es el perfecto ejemplo.

La actividad minera en el Perú se ha complejizado tanto que se volvió terreno de todos. Y en medio de todo esto, el Estado sigue ausente, dictando medidas confusas que no resuelven el fondo del problema: la falta de una verdadera reforma minera.

El Perú tiene una riqueza natural inmensa. La minería debería ser nuestro trampolín hacia el desarrollo, pero en cambio se ha convertido en un campo de batalla de intereses que empobrece más a quienes trabajan con sus manos y sin protección legal.

Este modelo está agotado. La minería informal no necesita más exclusiones, necesita reglas claras, financiamiento, asistencia técnica y, sobre todo, voluntad política para que los pequeños mineros puedan convertirse en verdaderos empresarios del futuro.

Un Cambio de Ciclo es necesario. Porque mientras las mafias prosperan en la inestabilidad, millones de peruanos siguen atrapados en un sistema que solo sirve para alimentar la desigualdad y la corrupción.

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