RONDEROS: “NO ESTAMOS AL SERVICIO DE LOS POLÍTICOS”

Esta semana, tras información que buscaban relacionar a los ronderos con partidos políticos, los voceros de estos grupos de inmediato alzaron la voz: “no estamos al servicio de ningún partido”. Y lo dicen con firmeza, porque su único compromiso es con su gente, no con intereses ni con operadores ideológicos.

En las zonas rurales de Lambayeque, y de gran parte del norte peruano, la seguridad no llega ni con fiscales, ni con promesas políticas. Llega de la organización comunitaria, de coraje y  de las rondas campesinas.

Estas rondas no son partidos políticos, ni ONG’s disfrazadas. Son organizaciones autónomas formadas por campesinos, que desde hace décadas han protegido a sus pueblos del crimen y del abandono estatal. Nacieron para enfrentar el robo de ganado, lucharon contra el terrorismo, pero hoy hacen mucho más: cuidan a sus vecinos, organizan justicia comunal y llenan el vacío del Estado.

Las rondas campesinas no son un problema. Son una solución que nació ante el abandono. Lo que debería hacer el Estado no es debilitarlas, sino aprender de ellas: cómo se construye seguridad con comunidad, cómo se ejerce justicia con valores, y cómo se recupera la confianza desde abajo.

En Lambayeque y en todo el Perú profundo, la gente se organiza porque no quiere ser víctima de la indiferencia. Lo que necesitamos no es usarlas para campañas, sino reconocerlas, protegerlas y, sobre todo, acompañarlas con inversión, respeto y políticas públicas reales.

Si el Estado no llega, la comunidad se defiende. Pero no podemos permitir que eso siga siendo la regla.

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