La incapacidad de las autoridades en Lambayeque es evidente. El Estado no puede garantizar lo esencial y los políticos de siempre solo se acuerdan de la gente cuando llegan las campañas.
En José Leonardo Ortiz, uno de los distritos más golpeados de Chiclayo, las obras de agua, desagüe y pistas siguen estancadas. El Gobierno Regional de Lambayeque y la Municipalidad se echan la culpa entre sí, pero la verdad es que los vecinos siguen viviendo entre calles de tierra, aniegos y servicios básicos colapsados.
La situación más crítica se vive en el pueblo joven Santa Ana, donde la ampliación del sistema de agua potable y alcantarillado permanece paralizada desde enero de 2024
Es indignante. Hablamos de agua potable, desagüe y vías transitables, no de grandes megaproyectos. Lo mínimo para que una familia pueda vivir con dignidad. Sin embargo, año tras año se acumulan promesas y retrasos mientras la población paga con enfermedades, inseguridad y abandono.
Hoy, en pleno 2025, José Leonardo Ortiz sigue siendo la prueba viviente de cómo la corrupción y el abandono nos condenan a vivir en condiciones inaceptables.
De cara a las elecciones del 2026, la pregunta es inevitable, ¿seguiremos votando por los mismos que ya demostraron su incapacidad, o nos atreveremos a elegir autoridades nuevas, capacitadas y con las manos limpias? El cambio verdadero empieza por ahí, con líderes que trabajen por la gente y no por sus bolsillos.