OLMOS: UNA TIERRA PROMETIDA PARA LA CORRUPCIÓN

El Proyecto Olmos, que nació en 1996 como una de las iniciativas más ambiciosas para impulsar el desarrollo agrícola y económico del norte del Perú, hoy se encuentra manchado por la corrupción. Lo que prometía modernización, riego y riqueza para Lambayeque, terminó convertido en un botín político.

Así lo reveló el propio presidente del Consejo Regional, al exponer cómo se gestaron los acuerdos a puertas cerradas, sin licitación internacional y con nombres puestos a dedo. Una vez más, la gran promesa del Estado termina capturada por intereses personales.

¿Y el agua? ¿Y la tierra? ¿Y los beneficios para los agricultores? Nada de eso parece importar cuando los que administran los fondos y las decisiones están más preocupados de recibir beneficios personales.

El Proyecto Olmos es un símbolo de lo que el Perú podría ser, pero no logra ser. Una obra de gran envergadura que debía garantizar empleo, modernización al empresario agrícola y riqueza para el rubro. Sin embargo, ha sido tomada por redes de corrupción que operan con total impunidad.

¿Dónde están los controles? ¿Dónde están las sanciones? ¿Cuántos otros megaproyectos están en manos de políticos que solo buscan repartirse el poder y los recursos?

Lambayeque merece desarrollo y una visión de futuro para el sector agrícola. Si no limpiamos estos proyectos desde la raíz, el norte seguirá sembrando desconfianza donde debería florecer el progreso.

La tierra del nuevo Papa, que debería ser símbolo de esperanza y renovación, en lugar de avanzar hacia la transparencia y la honestidad, sigue manchada por la corrupción, revelando que ni siquiera proyectos emblemáticos como Olmos están libres de repartijas políticas. Un recordatorio de que aún falta mucho por limpiar en el Perú.

Share the Post: